Los datos del agua de mar son fascinantes. El
agua de nuestros océanos suele llamarse agua salada debido al gran porcentaje
de sales disueltas que se encuentra en ella. Por lejos, la sal más común es el
cloruro de sodio, pero otros compuestos también están presentes. La salinidad
del agua salada varía en el mundo, con las concentraciones más bajas cerca de
los dos polos, y las soluciones más densas cerca del ecuador. El setenta y uno
por ciento de la superficie de la Tierra está cubierta por océanos, y el agua
salada representan el 99 por ciento de la reserva de agua del mundo.
Elementos más comunes
Los elementos más
comunes del agua salada ocurren en el agua y la sal. El agua, también
conocida como óxido de hidrógeno, contiene hidrógeno y oxígeno. De manera
alternativa, la "sal" es un término general de una sustancia que está
creada de la mezcla de un compuesto ácido y básico. Más específicamente, las
reacciones ácido-base crean un catión positivo, o ion cargado positiva mente, y
un anión negativo, o ion cargado negativa mente, que luego de combinarse para
formar una nueva sustancia son precipitados en la forma de sal sólida. En el
agua de mar, el cloruro de sodio es por lejos la sal más común, pero otros
iones positivos, como el magnesio, el potasio y el calcio, están presentes
junto con el ion negativo de sulfato (SO4). Estos iones pueden formar varias
combinaciones para crear otros tipos de sal. Otros iones menos comunes podrían
consistir en borato (BO3), fluoruro, estroncio, bromuro y bicarbonato (HCO3).
Gases disueltos
Varios
gases disueltos están presentes en el agua de mar. Estos son oxígeno (O2),
dióxido de carbono (CO2), nitrógeno y argón. Cuando están en estado gaseoso, el
oxígeno y el dióxido de carbono están disponibles para usar en la vida animal y de las
plantas. El oxígeno es vital para la respiración en los animales, mientras que
la foto síntesis no puede suceder en las plantas verdes sin la presencia del
dióxido de carbono. El oxígeno puede ser utilizado por la vida animal sólo cuando
se enlaza con otro átomo de oxígeno para formar una molécula gaseosa, que suele
expresarse químicamente como O2. El dióxido de carbono sucede cuando dos átomos
de oxígeno se enlazan con un átomo de carbono.
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